viernes, 14 de noviembre de 2008

CABEZA BORRADORA

TITULO ORIGINAL: Eraserhead
Año: 1976.

Duración: 90 minutos.
Director: David Lynch.
Guion: David Lynch.
Productor: David Lynch.
Musica: Peter Ivers.
Fotografía: Herbert Carwell, Frederick Elmes.
Genero: Drama.
País: EEUU.
Reparto:Jack Nance (Henry Spencer), Charlotte Stewart (Mary X), Allen Joseph (Mr.-X), Jeanne Bates (Mrs.X ), Judith Anna Roberts (Chica), Laurel Near (Dama), V. Phipps- Wilson (Casera), Jack Fisk (Hombre en el planeta), Darwin Joston (Paul)

SINOPSIS
Henry, un joven deprimido y asustadizo, sufre desde pequeño unas extrañas pesadillas de las que intenta liberarse a través de su imaginación. Pronto verá que su hijo recién nacido es un ser monstruoso.

COMENTARIO
La llegada de David Lynch a la fama se produjo en 1976. Las oscuras y deprimentes calles de Philadelphia, junto a las tribulaciones que le provocaba su inminente paternidad, inspiraron su primer largometraje: "Eraserhead”, título con juego de palabras "cabeza que borra" o "cabeza borradora" ya que en la fábrica donde trabaja el protagonista se hacen lápices negros que poseen una goma en uno de los extremos y por los cuales, Lynch intenta metaforizar sobre el comportamiento del protagonista.Comienza con un torso humano horizontal sobreimpreso contra un cerebro. El torso progresa hacia arriba y luego desciende. En un momento su boca se abre y surge una especie de espermatozoide superalimentado que escapa rápidamente. Son 3 o 4 minutos, pero sirven como óptima referencia de lo que estamos por ver, que no es otra cosa que una pesadilla.
Intentar comprender la naturaleza del hijo monstruoso del protagonista o la explicación lógica de que exista un teatro de vodevil detrás de su radiador es igualmente de absurdo. Portadora de su propia lógica, posee una ambigüedad impenetrable que permite que solo se le puedan encontrar significados alegóricos de manera superficial: ni siquiera el propio director ha esclarecido el significado completo, por un lado, debido a que esa tarea le compete al espectador y por el otro, porque carece (tal y como cualquier sueño) de una significancia absoluta. Henry Spencer, a quien distinguimos por su excéntrico peinado y por sus ropas un par de talles más chicas, vaga por una jungla industrial y urbana, sin encontrarse con nadie. A lo largo de la película va sufriendo todo tipo de situaciones difíciles: primero va a cenar a la casa de los padres de su novia topándose con un panorama decididamente surrealista; su situación cambia cuando se entera que ha sido padre de un bebé prematuro; convive con su novia y la primer noche ella le abandona porque no puede soportar el llanto del bebé; a partir de ahí debe afrontar toda una noche en vela, cuidando a esa criatura deforme (que parecería un feto de oveja más que de ser humano); por momentos fantasea con que existe un teatro de vodevil detrás del radiador de su habitación, y, eventualmente ingresa en su propia fantasía, pero para ser decapitado poco después. Henry tal vez es una alegoría no de una persona sino de un tipo de mentalidad humana. Sufre en carne propia todas aquellas cosas que no afronta (matrimonio, paternidad, rechazo). Es víctima de todo tipo de sucesos que no tienen explicación (y Henry tampoco intenta explicarlos, sino que los acepta como son). Finalmente su propia fantasía le autodestruye y lo convierte en una goma de borrar. Renacido de sus cenizas cede a los impulsos animales y primero se da al adulterio con su vecina de enfrente y luego destruye a su supuesto hijo. Lynch ofreció una propuesta cinematográfica arriesgada y comprometida. Su concepción visual es, dentro del rígido blanco y negro, una obra maestra. Por momentos juega con el espacio, hay animaciones cuadro por cuadro, hay momentos de poesía fílmica (como cuando Henry hace el amor con su vecina), hay escenas de morbo por doquier (desde casi el principio cuando la madre de su novia besa el cuello de Henry) y, por supuesto, sangre y tripas.

Durante la primera mitad de la película Lynch se toma su tiempo para mostrar las caminatas de Henry, su subida por el ascensor, sus momentos de reflexión frente al radiador, las miradas con los padres de su novia. A partir de que queda solo con el bebé, los tiempos se abrevian, y tenemos momentos de pesadillas una tras otra. Ambas caras de la misma moneda (el desarrollo lento del principio y el dinamismo del final) se contrapesan de igual manera. Sus movimientos y jadeos, sus gemidos continuos y el tono de gris enfermizo de su piel son un triunfo del propio Lynch (que se encargó de los efectos especiales en persona). Es de notar también el continuo y asfixiante susurro que acompaña las imágenes durante toda la película. Siempre de fondo, se escucha un pegajoso siseo que bien puede ser una máquina industrial trabajando o meramente el viento. En cualquier caso, cumple a la perfección con darnos sofocantes sensaciones que se añaden al ya sofocante panorama visual.

ATRAPAME SI PUEDES

TITULO ORIGINAL: Catch me if you can
Dirección: Steven Spielberg.

País: USA.
Año: 2002.
Duración: 141 min.
Interpretación: Leonardo DiCaprio (Frank Abagnale, Jr.), Tom Hanks (Carl Hanratty), Christopher Walken (Frank Abagnale, Senior), Nathalie Baye (Paula Abagnale), Martin Sheen (Padre de Brenda), Amy Adams (Brenda), Frank John Hughes (Tom Fox), Brian Howe (Earl Amdursky), Shane Edelman (Harris), Mike Baldridge (Terry), Jamie Anderson (Ailene), Jessica Collins (Peggy).
Guión: Jeff Nathanson; basado en el libro de Frank W. Abagnale y Stand Redding.
Producción: Steven Spielberg y Walter F. Parkes.
Música: John Williams.
Fotografía: Janusz Kaminski.
Montaje: Michael Kahn.
Diseño de producción: Jeannine Claudia Oppewall.
Dirección artística: Sarah Knowles, Michele Laliberte y Peter Rogness.
Vestuario: Mary Zophres.

SINOPSIS
Frank Abagnale Jr. trabajó como médico, abogado y copiloto de una de las grandes líneas aéreas, todo ello antes de cumplir los dieciocho años. También fue un genial falsificador y sus habilidades le otorgaron una plaza en la historia. A la edad de 17 años, Frank Abagnale Jr. se convirtió en el ladrón de bancos de más éxito en la historia de Estados Unidos. El agente del FBI Carl Hanratty dedicó la mayor parte de su tiempo a perseguir a Frank para llevarle ante la justicia, pero Frank siempre estaba un paso por delante, retándole a continuar la caza.

COMENTARIO
Si algo caracterizó a la mayor parte de la década de los sesenta (particularmente antes de la revolución que significó el 68 y sus consecuentes cambios políticos y sociales) fue la un tanto ingenua percepción de la vida que había particularmente en el mundo occidental y, para ser más específicos, en Estados Unidos.
Era una época en la que, por ejemplo, ser piloto aviador, azafata o médico brindaban un estatus especial de respeto y admiración por un lado, mientras que por el otro, el todavía incipiente desarrollo de la tecnología permitía que muchas cosas fueran más sencillas de lograr.
Todo lo anterior sale a colación en esta pelicula. En Atrápame Si Puedes (Catch Me If You Can), Spielberg no solamente narra la historia de un joven estafador que trajo de cabeza al FBI durante un buen rato y que terminó convirtiéndose en uno de los mayores asesores contra fraudes del gobierno estadounidense, sino que al mismo tiempo realiza un nostálgico homenaje a aquellos tiempos sesenteros donde la vida parecía ser color de rosa.
La trama está basada en un hecho de la vida real, donde Frank Abagnale Jr. (Leonardo DiCaprio) es un adolescente de 16 años que atraviesa por la difícil etapa del divorcio de sus padres, por lo que decide huir de casa para abrirse paso por la vida con sus habilidades y su juventud. La admiración que siente hacia su padre, Frank (Christopher Walken), se convierte en el motor que lo impulsa a tratar de tener éxito y dinero, con el cual podrá ayudar a Frank Sr. a salir de sus múltiples deudas fiscales, mismas que lo han llevado a perder el respeto de su esposa, Paula (Natalie Baye), quien termina engañándolo con uno de sus mejores amigos.
Es así como Frank Jr. decide iniciar una extraña carrera como estafador, haciéndose pasar primero como piloto aéreo, ganando el respeto y la admiración de las mujeres (además de ganar miles de millas gratis en vuelos y cobrar millones de dólares en cheques falsos de PanAm). Al ser conocido su caso, el FBI inicia su búsqueda, misma que encabeza el agente Carl Hanratty (Tom Hanks).
Para despistar a la justicia, Frank se hace pasar también por médico y abogado, cambiando de residencia en cada ocasión, lo que dificulta cada vez más el trabajo del FBI. Pero a final de cuentas, lo que Frank desea es tener una vida normal, enamorarse de una bella chica y volver a ver juntos a sus padres. El problema es que Carl le sigue la pista muy de cerca, y aunque sus intenciones hayan sido nobles desde su punto de vista, Frank tiene una deuda pendiente que pagar con la justicia.
El filme cuenta con muchos elementos que la hacen sumamente divertida y entrañable. Por el lado de la parte técnica, la recreación que hacen Spielberg y su equipo de una época ahora lejana es fenomenal: desde la secuencia inicial de créditos, el vestuario, la música y las actitudes nos remiten de inmediato a aquellos tiempos.
Aunque el tono general del filme está más inclinado hacia la comedia, también existen elementos de thriller y melodrama que ayudan a hacerla ágil, divertida y muy entretenida, a pesar de sus casi 2 horas y media de duración.
Pero lo que en verdad sobresale por encima de todos los anteriores elementos, es el sensacional trabajo actoral de prácticamente todos los que participan en el filme. En el elenco de apoyo brillan personalidades como la francesa Natalie Baye o la sensual Jennifer Garner (a pesar del poco tiempo en pantalla de sus personajes), o un gratamente mesurado Christopher Walken (quien tiene junto a DiCaprio un par de momentos sumamente emotivos).
Por su parte, Tom Hanks, quien no aceptaba un papel secundario desde hace muchos años, brinda una sólida representación de Carl, quien poco a poco termina convirtiéndose en el sustituto de la imagen paterna que necesita Frank. Hanks también demuestra que los años le han sentado bien en cuanto a lo que se necesita para hacer una buena comedia, pues no es el Hanks exagerado de las típicas películas ochenteras de adolescentes que solía hacer, sino uno sumamente fino, divertido y humano.
Pero el que en realidad se roba la película de principio a fin es Leonardo DiCaprio, quien brinda la que quizá sea la actuación más entrañable de su carrera. Una muestra de la madurez de Spielberg como cineasta es que incluso varios de sus más feroces detractores han mostrado su gusto y simpatía por este trabajo, verdadera muestra de lo que es el cine de entretenimiento puro a su más alto nivel. Spielberg comprueba que para hacer una buena comedia, no se necesita recurrir al lugar común ni al chiste barato lleno de groserías o referencias sexuales y escatológicas. Se necesita cerebro, talento, un buen guión y magníficos actores.

Atrápame Si Puedes no solamente tiene un maravilloso elenco, una estupenda banda sonora y la etiqueta de estar dirigida por un gran director. De manufactura impecable, nostálgica y muy entrañable, es sin duda uno de los mejores filmes en toda la carrera de Spielberg, que muestra algo de lo que carecen la mayoría de los filmes actuales: grandes dosis de humor fino y mucha, mucha humanidad.