Año: 1998
Género: Thriller
Duración: 103 m.
Titulo original: Desperate measures
Dirección:Barbet Schroeder
Intérpretes:
Michael Keaton (Peter McCabe)
Andy Garcia (Frank Connor)
Marcia Gay Harden (Dra. Samantha Hawkins)
Brian Cox (Jeremiah Cassidy)
Joseph Cross (Matthew Connor)
Guión: Henry Bean
Fotografía: Luciano Tovoli
Música: Trevor Jones
Montaje: Lee Percy
SINOPSIS
Medidas desesperadas es un trepidante thriller en el que Andy García interpreta a un policía de San Francisco (el detective Frank Connor) que busca desesperadamente a un candidato con las condiciones necesarias para transplantarle parte de su médula a su hijo, que se encuentra gravemente enfermo.La única persona que cumple todos los requisitos es el asesino múltiple Peter McCabe (Michael Keaton), condenado a cadena perpetua y encarcelado en una prisión de máxima seguridad. El criminal acepta someterse al transplante, pero poco antes de la operación escapa del hospital.El policía no sólo deberá perseguirle sino también protegerle, ya que si algo le sucediera significaría la muerte de su hijo.
Frank, además de policía, es padre de familia. Viudo, tiene un único hijo con leucemia. Necesitado con urgencia de un trasplante de médula, el único donante idóneo es un peligroso preso convicto. Aunque acepta cooperar, pronto se desvela su único propósito: escapar aprovechando su traslado al hospital en que será intervenido.
Viniendo el film de la mano de Barbet Schroeder, es inevitable hablar de decepción. Está lejos del nivel de Antes y después y, sobre todo, de El misterio von Bulow. Por el argumento cabía esperar más hondura en los dilemas morales planteados: el policía que por salvar a su hijo se salta las normas; el criminal que esconde en el fondo del alma, como todos, un resto de bondad. Sin embargo la acción se impone, y la película se convierte en una variación más de La jungla de cristal, como ha habido tantas. Los actores son competentes, pero quedan apagados por el ritmo trepidante de la trama. Falta lógica interna en algún momento, sobre todo en la ridícula escena que cierra el film.